En 2014, con tan solo 28 años, decidí emprender. Para serte honesta, no tenía idea de lo que significaba emprender ni de los desafíos que me encontraría en el camino, aunque tampoco de las satisfacciones que descubriría. Empecé desde casa, como una de esas famosas startups de garaje, sólo que nunca tuve un garaje. A medida que el tiempo pasaba y los clientes comenzaban a llegar, empecé a sentir la seguridad de un ingreso fijo. Fue entonces cuando me animé a alquilar una oficina en la zona de Villamorra, en Paraguay, junto a una amiga. Esta experiencia fue increíblemente positiva porque me ayudó a mantener la disciplina de un horario de trabajo, aunque, como bien sabemos, cuando emprendes, los horarios no existen: trabajas 24 horas al día.
Al principio, el mayor desafío fue convencer a los clientes de que contrataran nuestros servicios. Pero, una de mis mayores satisfacciones llegó cuando una marca internacional, DKT Internacional, que había visitado Paraguay y se reunió con varias agencias, me eligió a mí. Años después, me dijeron que éramos una de las mejores agencias en Latinoamérica. Lo que ellos no sabían es que mi pasión por su marca era tan profunda debido a su impacto social, lo que me llevó a poner aún más empeño en nuestro trabajo.
Fuimos creciendo y asumiendo más proyectos, siempre comprometidos con la esencia de cada marca, para ofrecer un servicio útil y beneficioso a largo plazo. Nuestra filosofía nunca ha sido pensar en el beneficio inmediato. Una de las principales razones por las que decidí emprender y crear mi propia empresa fue porque veía cómo muchas compañías no daban oportunidades a personas sin experiencia. En estos más de 10 años de trabajo, siempre he priorizado la actitud de las personas sobre su experiencia, porque creo firmemente que todos tienen la capacidad de aprender si se les da el camino y la oportunidad adecuada.
Hoy, desde Australia, tengo una visión más amplia de un mercado diverso, pero en el fondo, la esencia sigue siendo la misma. Nuestro enfoque es priorizar a las personas, porque son ellas quienes realmente construyen cualquier empresa. Trabajamos con marcas que respetan los valores humanos porque, con los años de experiencia que hemos acumulado, sabemos que eso es lo que realmente lleva al éxito.
Si compartes estos valores de crear oportunidades y respetar a las personas, me encantaría que nos pongamos en contacto. Al final del día, una relación entre empresa y proveedor se basa en compartir la misma visión y las mismas creencias. Juntos, podemos construir algo verdaderamente significativo.